miércoles, 8 de noviembre de 2017

MIS PRIMEROS PASOS COMO ENTRENADOR - JD GINES

El año pasado decido volver al fútbol. Tras un montón de experiencias en otros deportes, el seguimiento de mis hijos en las categorías inferiores del Juventud Deportiva Gines, hace que renazca en mí la pasión por el balompié. Tras meditarlo un tiempo, decido apuntarme al curso de entrenador y cada clase que recibía, cada práctica que realizaba, se iba asentando en mi interior la idea de que volvería al verde, en este caso artificial.






Y una vez terminado, tuve suerte. El director del club del pueblo en el que resido, del club donde juegan mis hijos, del club que soy socio, hablo de David Losada, no dudó en ofrecerme un hueco para que pusiera en práctica todas las ideas que iba acumulando en mi cabeza cuando me estaba formando como entrenador. Me ofreció un grupo infantil y, junto a mi amigo Iván Borrero, nos pusimos a trabajar con la ilusión de un novato a mis 44 años de edad.



Con ellos, mis futbolistas, nos lo estamos pasando de miedo en este apasionante mundo de la cantera. Juntos disfrutamos de las victorias, aprendemos de las derrotas, sufrimos con las lesiones y los males, conocemos otros pueblos y, en definitiva, compartimos nuestras vidas en torno a este objeto esférico que puede ser tan simple, o tan complejo.


jueves, 27 de julio de 2017

GINES7

A mediados de febrero de 2013, surge la idea de crear un equipo benjamín de fútbol 7 para aquellos niños que no habían disputado ningún partido, aún estando inscrito en la escuela de la localidad desde hacía 4 años. De esta manera surge Gines Seven, un proyecto que parte de un grupo de padres y madres descontentos e inconformistas, que deciden juntar a 12 chavales de 8-9 años que no sabían lo que era competir en el deporte que le gustaba y entre los que se encontraba mi hijo mayor David.

Sus habilidades técnico-tácticas brillaban por su ausencia y la distancia que se estaba creando con sus amigos "federados" o "mancomunados" era cada año mayor, pues le faltaba ese plus que te da la competición. Pero cada uno de los jóvenes futbolistas tenían unas ganas enormes de aprender y una ilusión por pertenecer a un equipo tal, que lo más destacable de estos dos años fue el compañerismo y la complicidad que llegaron a tener.




Gines Seven participó en dos campeonatos de una liga de Fútbol 7 del Aljarafe, creada para estos jugadores que tenían menos oportunidades de participar en las ligas oficiales de la comarca. En estos partidos prevaleció la participación y el fair play, y aunque es menos importante, estos chicos salieron campeones en el segundo año. Por otro lado pasearon el nombre por varios mundialitos organizados en diferentes localidades, siendo uno de ellos en el Estadio Olímpico de la Cartuja.








La buena predisposición de los chavales y su mejora gracias a los partidos organizados, terminaron por abrirle las puertas del club del pueblo y la Juventud Deportiva Gines creó un segundo equipo alevín para dar la oportunidad a estos fieras de competir de manera reglada en este deporte que tanto mueve. Gines7 tiene su propio blog donde fue recogiendo fotos, datos y las crónicas de todos los partidos que jugaron, así como varios videos en youtube de aquellos momentos más destacados.

Años después, estos doce cracks siguen diciendo que el equipo de Gines Seven fue uno de los momentos más bonitos que recuerdan de su todavía corta vida.



miércoles, 15 de marzo de 2017

Cuenta con la cantera... para educar a tus hijos

A principios del pasado 2016, un periodista, amigo, experto en la cantera sevillana y que gestiona el conocido blog cuentaconlacantera.com, me ofreció la oportunidad de expresar mi opinión a través de un artículo. Lo pego aquí tal y como apareció el 2 de abril. Sólo me queda agradecer a Jesús Alba el ofrecimiento y recomendar este interesante blog.

La cantera, o lo que es lo mismo, los escalafones inferiores de un club deportivo, forma parte de lo que a mi parecer es el triángulo educativo Familia-Escuela-Deporte. Un triángulo escaleno, donde obviamente el ángulo mayor corresponde a la familia, pero donde escuela y club o asociación deportiva completan esa figura geométrica que es la formación de los jóvenes.

Afortunadamente, la cultura deportiva ha calado en nuestra sociedad y, bien sea por estética o por salud, son escasas las familias que no dedican parte de su tiempo de ocio a la práctica de algún deporte o que tratan de fomentar en sus menores un hábito deportivo. La diversificación de la oferta deportiva ha aumentado de manera que nuestros hijos o hijas pueden escoger entre un enorme abanico de posibilidades y esa práctica, antes casual y poco reglada, se ha convertido en una actividad complementaria que gestionan los ayuntamientos o clubes directamente. A diferencia del modelo americano en el que la práctica deportiva está ligada al sistema educativo y donde las competiciones las organizan los institutos o las universidades, nuestros deportistas están en manos de monitores o entrenadores de cantera, ajenos a la comunidad educativa pero totalmente inmersos en su educación.

El aumento de la práctica deportiva repercutió en la necesidad de formar a las que iban a ser las personas encargadas en dirigir esa actividad y hoy día nos encontramos multitud de titulaciones y especialidades relacionadas con el mundo del deporte y la actividad física. De este modo resulta impresionante e inimaginable unos años atrás, comprobar el currículo de la mayoría de los monitores deportivos o entrenadores que se hacen cargo de nuestros jóvenes. El fútbol, como es lógico, no ha permanecido al margen y a través de la Escuela de Entrenadores, la RFEF se encarga de formar a esos que después comandan grupos una media de 5 horas semanales, tratando de inculcar los valores de fair play o deportividad… la mayoría de las ocasiones.
Y aquí nos encontramos con la problemática del fútbol. La diferencia con otros deportes es sencilla: el fútbol es un fenómeno de masas incomparable con el resto. Los eventos futbolísticos tienen una repercusión social cercana a los conflictos bélicos o la política. Es un negocio y como tal vende productos, compra minutos televisivos y crea dioses, de manera que la mayoría de los que hemos practicado este bello deporte, hemos soñado alguna vez con llegar a la fama pegándole patadas a un balón. Este discurso es muy manido y archiconocido, pero sigue primando en muchos equipos de cantera, pues lo importante, lo que nos da reconocimiento, es la victoria, el título o el ascenso logrado.

Como profesional de la educación física, trato de inculcar los valores positivos del deporte y la competición, siguiendo, por ejemplo, uno de los 8 objetivos de mi asignatura en la etapa de primaria, que dice textualmente “Desarrollar actitudes y hábitos de tipo cooperativo y social basados en el juego limpio, la solidaridad, la tolerancia, el respeto y la aceptación de las normas de convivencia, ofreciendo el diálogo en la resolución de problemas y evitando discriminaciones por razones de género, culturales y sociales (O.EF.5), ORDEN de 17 de marzo de 2015 por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la Educación Primaria en Andalucía.”. Los noventa minutos semanales que tengo con mi alumnado en el colegio, se quedan en nada si los comparamos con las horas que pasan éstos con sus respectivos entrenadores y monitores, desapareciendo completamente todo lo inculcado si el árbitro nos pita un penalti que no fue, o si el partido está igualado y nos jugamos el liderato…

En este marco contextual, los padres y madres tenemos que elegir entre una actividad que contribuya a la educación de nuestros hijos e hijas, y otra en la que todo el trabajo está encaminado a la obtención del resultado final, esperando que el futuro “crack nos saque de pobres”. Curiosamente muchas familias huyen literalmente del fútbol por su exceso de competitividad y buscan en otros deportes esos valores antes mencionados, pues no desean que sus niños y niñas completen sus jornadas en un ambiente agresivo, fomentado muchas veces por esa figura del entrenador.

El mundo del fútbol es muy peculiar. Muchos lo comparan con la vida misma. Es un deporte de equipo en el que no eres nadie sin tus compañeros, en el que la suma de esfuerzos es la clave del éxito, donde aprendes a competir, colaborar, respetar, donde haces amigos y enemigos, y donde también existe un modelo a seguir que debe corregir tus conductas contrarias, como hacemos en la escuela o en casa. Yo crecí en ese ambiente y me gustaría que mis hijos también lo hicieran. Habiendo sido un futbolista amateur cuyo logro consistió en jugar varias temporadas en la Tercera División, he tenido la fortuna de haber trabajado de monitor, entrenador, secretario técnico e incluso director deportivo de un pequeño club sevillano. Y por encima de goles, trofeos y ascensos, me quedo con que el fútbol completó esa formación que empezaron mis padres y continuaron mis profesores en las distintas etapas educativas por las que pasé.

Por todo ello, debemos contar con la cantera para asegurarnos que ese tiempo que pasan nuestros hijos e hijas sea de calidad. Debemos colaborar con el entrenador o monitor, respetando sus decisiones y sin cuestionar su autoridad, porque el campo de fútbol no está en nuestro ángulo de actuación. Y al mismo tiempo debemos exigir a ese educador que pasa tanto tiempo con ellos, un comportamiento acorde a los valores que buscamos, pues su conducta tiene una repercusión mayor de lo que puedan pensar, créanme, lo dice un educador que le ha tocado estar en los tres vértices de ese triángulo del que hablaba al principio.

Termino dándole la enhorabuena a este magnífico proyecto en forma de web, donde se trata de resaltar ese trabajo, muchas veces desagradecido, de tantas personas que desde su vértice, ayudan a crecer a nuestros jóvenes, agradeciendo a Jesús Alba su invitación a expresar mi opinión al respecto.

ISMAEL CARRASCO
Maestro de Educación Física, Licenciado en Psicopedagogía
Máster en Educación Social y Animación Sociocultural
Autor de “60 fichas de psicomotricidad” y “60 fichas de cooperación”
http://pilashablaingles.blogspot.com.es/

http://unavidaenbotines.blogspot.com.es

Fuente http://www.cuentaconlacantera.com/cuenta-con-la-cantera-para-educar-tus-hijos/