lunes, 11 de enero de 2016

CASTILLEJA CF

He dejado para el final el deporte que me apasionó desde pequeño. Mi carrera profesional puede tener su origen cuando, con diez añitos y después de destacar en mi barrio, mi padre decide llevarme a Castilleja y empujarme a una rutina semanal de entrenamientos que aún me dura. Un hombre serio, con barba, estaba al mando del equipo benjamín y me preguntó cómo me llamaba y cómo quería que me llamaran. ¡Carrasco! dije aún no sé por qué, y a partir de ese momento fui adoptado por la gran familia futbolera que es el Casti. Ese hombre llamado Miguel Navarro y al que le guardo un enorme afecto, fue mi primer entrenador y el Carrasquito creció dando viajes desde Nueva Sevilla a la Pintá, con su mochila en la espalda y metiendo goles los fines de semana. Un tiempo después, su hijo, el periodista José Miguel Navarro, me rebautizó con el apodo de "Mago Carrasco", que respondía más a su cariño que a mis habilidades con el balón.



¿Cómo explicar con palabras lo que este club significó en mi formación, tanto deportista como personal? Ni podría, ni un blog sería el lugar adecuado para contar las innumerables anécdotas y experiencias vividas. Simplemente me dedicaré a destacar que tuve muchos entrenadores, como el Tuchi, que aparece en la foto de traje, Juan Campano, con el que conseguimos el campeonato en juveniles y ascendimos a preferente, Juan Guerrero, que me subió al primer equipo siendo juvenil y José Luis Sayago, con el que destaqué finalmente siendo máximo goleador en primera provincial y preferente, lo que me permitió dar el salto a una entidad como el Sevilla FC.
































Asimismo tuve mi propia peña, una peña muy especial, mi familia. Durante mi etapa en el Casti, mis padres y hermanos me acompañaron en todos mis partidos, no habiendo condiciones climatológicas, ni kilómetros, ni siquiera algún que otro plan de fin de semana, que pudiera evitar el masivo desplazamiento de los Carrascos a los campos perdidos de la provincia de Sevilla.























Volviendo al fútbol, mención especial merece ese equipo que se forma en la temporada 1992, conjugando futbolistas de la casa con otros compañeros que vinieron de la mano del míster, José Luis Sayago. El Castilleja hizo una de las mejores temporadas de su historia y consiguió el título y el ascenso a Preferente de manera anticipada. Aquí podemos ver cómo consigo el primer gol en el difícil campo de los Ventolines de la UD Pilas, donde alcanzamos el liderato. La prensa provincial se hizo eco de los logros de este equipo y de la gran campaña el curso siguiente, lo que nos abrió las puertas a muchos para probar suerte en otras categorías. Por destacar, ese trío atacante con Vela y Carli, otros puntas como Chiqui, Cisco, Reche, un medio de campo contundente y creativo con Achucarro, José Antonio Granja, Olmo, Fali, Colombo, una defensa infranqueable con Juan Cantero, Juanma, Lolo, Jose Granja o Pepe, y con porteros como Antonio Navarro y Alfonso Endrina. En fin, una época dorada en el otrora pueblo de las tortas y hoy más conocido por el Ikea.































Si has sido futbolista, seguro que coincides conmigo en que lo que realmente permanece en el recuerdo, lo que de verdad importa, no son los goles marcados ni los títulos conseguidos, es la cantidad de gente y amigos que has conocido en este mundo tan particular como es el fútbol. Muchos de mis compañeros de pequeño terminaron jugando o entrenando en categorias importantes del fútbol regional, tales como Chiqui (Pérez Cordero), Cisco, José Antonio Granja o Chiqui (el Gitano) entre otros. Algo bien se estaría haciendo en aquel campo de tierra al que llegué...

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